EL CACHOTE, Barahona.- En este bosque nublado, donde la naturaleza ofrece más de una manifestación de belleza, una comunidad decidió proteger como un tesoro los recursos naturales que rodean su entorno.
Asistidos por la Sociedad Ecológica de Paraíso ( SOEPA), asociaciones comunitarias de El Cachote y San Rafael, así como del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los campesinos pusieron en marcha hace cinco años el proyecto ecoturístico. El Cachote, como una demostración de que se puede vivir del bosque sin destruirlo.
Cuando se llega a las escarpadas lomas de la referida zona, donde se encuentra la reserva ecológica Padre Miguel Fuerte, es que se constata el valor de los lugareños que, integrados en una cooperativa, reciben beneficios directos de la actividad turística.
Primero, porque los moradores de esta zona manejan información sobre las características del bosque y la necesidad de preservarlo, y segundo porque la explotación del mismo ha permitido que mejore la calidad de vida de decenas de personas.
Antes de iniciarse el proyecto, el bosque estaba amenazado por la deforestación, ya que algunos habitantes se dedicaban a la tumba y quema de árboles para establecer pequeños predios agrícolas, debido a que no tenían otra forma de subsistencia.
Sin embargo, existen fincas en donde, sin depredar, se cultiva aguacate, batata, guandules, limón dulce, naranjas, tayota, yautía y café, que de por sí es una planta que protege el suelo de las erosiones.
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